Benvinguda Martina – 11 de setembre de 2012 – Bienvenida Martina – El parto.

Benvinguda Martina – 11 de setembre de 2012 – Bienvenida Martina – El parto.

Lunes 10 de septiembre.

5.30h de la madrugada…

Abro los ojos. Algo me ha despertado.

Unos segundos más tarde siento como si me hiciera pis encima…

***

¡¡¡Evidentemente rompí aguas!!!

Pegué un salto de la cama al baño, ¡¡¡allí estaba el tapón mucoso!!! Estaba con los nervios a flor de piel, el pulso acelerado, una sonrisa de felicidad extrema, miedo a lo que se avecinaba… Ya no por el parto, pues son unas horas. Sino por el hecho de que SÍ, iba a tener un bebé, ese mismo día y a partir de hoy toda mi vida iba a dar un vuelco…

¡¡¡BUFFFF QUE SUBIDÓN!!!

(se me ponen los pelos de punta y se me acelera el corazón sólo de recordarloooo)

Bien, pues me puse a recoger la casa (no sabía yo que el síndrome del nido durara hasta el último día…!!!), puse una lavadora, una secadora, tendí ropa, repasé al menos 8 veces la bolsa de Martina y otras tantas la mía… Me duché… Con todo esto se hicieron las 8 de la mañana… Y entonces…

Me acerqué a mi marido como pude… Le besé y le susurré al oído «Hoy vas a ser papá». Se recostó y con una sonrisa tonta me miró fijamente. Y le aclaré… «Sí, he roto aguas, hoy vas a ser papá». Se sentó de golpe, me miró y le dio un besazo enorme a mi barrigón!!!!! Martina estaba en camino!!! Ahora síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!

Llamé al Hospital de Terrassa y les comenté que había roto aguas «limpias/claras» hacía ya un par de horas, y me respondieron que fuera con la calma, que no hacía falta correr pero que no llegara más allá de las 10-11h.

¡¡¡Así que Pere salió a buscar el desayuno!!! Las chicas de «La Pastisseria» de al lado de casa, que siguieron mi embarazo al pie de la letra… Cuando lo vieron entrar solo… ya saltaron a preguntar si era el día D… (A día de hoy conocen a Martina desde el primer día que llegó a casa… )

Desayunamos y nos fuimos hacia el Hospital, el camino se me hizo cortísimo… Qué vértigoooo… mi hija iba a nacer allí, así que el camino estaba hecho y la suerte echada. Llamé a mi padre y lo felicité por su cumpleaños.

¡¡¡Abuelo y nieta iban a ser del mismo día!!!

***

Entramos por urgencias con mi Plan de Parto bajo el brazo (Descárgatelo aquí). Fuimos al área de partos y allí me visitó el ginecólogo de turno. Me hizo un tacto. Ya estaba de 3cm. Les presenté mi plan de parto, lo leímos juntos y se lo quedaron. Nos acompañaron a nuestra sala de dilatación, con sus pelotas, su reproductor de música, su ducha… Allí estuve con contracciones leves hasta las 12-13h del mediodía (unas 6h desde que rompes aguas). Estaba tranquila, segura de mi misma. Si había sido capaz de gestar a mi hija, sería capaz de superar ese momento. Y a ser posible conseguir mi parto natural.

Después al ver que no se aceleraba el parto, me subieron a planta, a mi habitación. Allí me pusieron un «tampón de prostagrandinas» para acelerar el tema… Entre una cosa y otra ya serían las 15h…Y nos dejaron allí tranquilos hasta las 21h… Nos pasamos la tarde dando vueltas por la planta, con contracciones leves, pero el tema se iba acelerando poco a poco… Durante esas horas me ofrecieron agua y zumos (y yo cada 2-3h me comía medio puñadito de unos frutos secos que puse a propósito en mi bolsa, lo leí en algún sitio y lo recomiendo 100%. Pues nunca sabes lo que va a durar tu parto).

A las 21h me bajaron a la sala de dilatación, allí me monitorizaron un rato y vieron que todo iba bien, pero las contracciones no eran lo fuertes que deberían ser… Me propusieron la administración de oxitocina sintética varias veces y me negué rotundamente… Mi plan de parto era bien claro y no deseaba la oxitocina. Deseaba que todo fluyera poco a poco.

En aquel momento estaban haciendo el cambio de guardias… ¡¡¡Y vi a Blanca!!!

Blanca fue una de las comadronas que nos dio varias clases de pre-parto, un sol de chica, joven… La llamé entre contracción y contracción… ¡¡¡y vino!!! Estaba salvada, me sentía segura de mi misma y más con ella al lado. Las contracciones fueron a más y más… poco a poco iba subiendo el ritmo… Entre ella y Pere me ayudaban a superar cada contracción. Como olas, venían respirábamos y se iban… así una y otra vez. El ritmo iba aumentando, cada vez eran más largas  y menos espacio entre contracciones. Poco a poco iba subiendo la montaña.

Pasaron al menos una o dos horas y seguía con contracciones moderadas… eran ya las 23h… entró Blanca en la sala de dilatación con mi plan de parto bajo el brazo. Venía a negociar. No me lo podía creer. Yo no estaba dispuesta a torcer el brazo. Sabía que podía hacerlo. Solamente necesitaba tiempo y confianza. Pero después de repetirme una y otra vez, que ya llevaba muchas horas con la bolsa rota y las contracciones  de parto-PARTO aun no habían llegado. Se acercaban pero aun me faltaba. Y yo erre que erre, que no, que NO…

«Paula imagínate que finalmente Martina está por salir a las 9 de la mañana y ya no tienes fuerzas de pujar»…

«¿¿¿Y si luego necesitamos realizarte una cesárea???»

¿Cómo?

Allí me acojoné (perdón) y me enfadé. De repente bajé la montaña de golpe, ya iba por la mitad y me sentí abajo, a volver a empezar… Empecé a llorar. A llorar desesperadamente, desconsoladamente. Sentí un dolor profundo dentro de mi. Yo no quería nada de eso, yo estaba bien, la niña estaba bien y quería intentarlo. Repetí una y otra vez que sería fuerte y que quería intentarlo. Que me daba igual las horas que quedaran. Pensaba que estaba de mi lado. Y finalmente vi que no. Que no tenía escapatoria. Y claudiqué.

{ Vi entrar el fin de mi parto «natural»… dentro de un gotero lleno de oxitocina}

3 minutos le bastaron al gotero para que empezara a gritar como una loca. Eso primero. Y después empecé a subirme por las paredes, casi rugiendo como una leona. Mi marido me miraba con miedo, estaba flipando, literalmente. No podía llegar a entender por nada del mundo por lo que estaba pasando. Me ayudaba a pasar las contracciones como podía. Recuerdo estar colgada de él chillando. De mirarle y no poder decirle nada porque debía respirar. Y él me miraba sufriendo, sin entender nada. ¿Qué estaba pasando? Eso es lo más antinatural que hay en el mundo entero. Pasas de O a 100 en cero coma. ¡¡¡¡El dolor más grande del mundo me estaba invadiendo por dentrooooooooooooooooooo!!!! Y la culpa de haber claudicado me comía la cabeza el segundo que tenía de respiración entre contracción y contracción. Eso no te dejaba ni respirar…. Venía una… te atacaba… empezaba a bajar… y cuando ibas a coger aire llegaba otra, y otra y otra y otra…. y otra… ¡¡¡Sin tiempo de respirar ni pensar!!!

¡¡¡UNA LOCURA!!!

¡¡¡UNA EXPERIENCIA QUE NO QUIERO VOLVER A REPETIR EN MI VIDA!!!

En una de éstas, con los ojos enfurecidos GRITÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE…

¡¡¡QUE ME PONGAN YA LA PUTA EPIDURAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!

 (perdón)

Con esas… pasó una enfermera… y se oyó un… «mira la del parto natural, ahora si que la quiere…» Casi salgo a decirle algo… Pero las contracciones no me dejaron.

Martes 11 de septiembre de 2012

Me llevaron a quirófano con el gotero y todo. Seguí chillando y resoplando de dolor. No os podéis llegar a imaginar lo que es eso.  LEEROS ESTO POR FAVOR. Además, ¿sabes cuantas unidades de dolor puedes soportar durante un parto?

{ El cuerpo humano segrega endorfinas (el cerebro produce endorfinas que nos ayudan a descansar y nos proporcionan sensación de bienestar , lo que reduce la necesidad de otros tipos de analgesia con efectos secundarios indeseados) a la vez que oxitocina endógena (la natural, la que segrega tu propio cuerpo), y evidentemente que un parto duele hasta parecer que vas a partirte en dos, pero si te ponen oxitocina sintética eso es i-nex-pli-ca-ble, ya que en un parto vas subiendo la cuesta poco a poco, pero con esto… tu cuerpo se acelera sin tener la oportunidad de adaptarse…. ¡Os lo JURO! }

Llegó el anestesista (por fiiiiiiiiiiiin) y le di gracias a Dios, pues el primer pinchazo valió. Fue bien difícil. Después de decirme que me estuviera quieta entre contracciones cuando debía respirar (casi imposible). Empezó a pincharme cuando me bajó la contracción y a medias del pinchazo ya venía otra… Estaba sentada en una camilla con las piernas abiertas y el cuerpo echado adelante. Postura imposible de aguantar con contracciones de parto. Pero finalmente acabó y empecé a sentirme algo mejor…

En pocos minutos (deberían ser ya la 1 o las 2 de la madrugada…) me encontré tumbada en la camilla con luz tenue y escuchando ColdPlay Baby con mi Iphone… (Me lo regaló Sandra unos meses antes y se lo agradezco muchísimo) Pere estaba en la silla de al lado con su música…

Cerré los ojos. Me dormí profundamente y debí despertarme hacia las 3-4 de la madrugada. Pere no estaba.

¿Pere no estaba?

Sentí un dolor como si fuera a defecar y llamé a Blanca. (¡¡¡¡Blancaaaaaaa que ya noto las ganas de cagarrrrr!!!!)

Me lo advirtió, cuando tengas ganas de Cag _ _, llámame. El parto iba a ser inminente.

Tuvieron que llamar a mi marido por radiofonía… pobre… se fue a tomar un café en el momento más CRUCIAL. jejeje

En breve llegaron todos, mi marido, las enfermeras, Blanca…

Empecé a sentir las contracciones muy fuertes, a pelooooo y hasta pedí de nuevo la epidural, pero ya estaba Martina muy abajo como para ponérmela de nuevo. Así que finalmente la tuve a pelo, peloooo. Tal cual.

Recuerdo un montón de gente allí abajo, entre ellos el anestesista que era amigo de mi marido… jugaron juntos al fútbol de pequeños… ¡¡¡vaya momento más idóneo para un encuentro!!!

Estaba claro que era la única parturienta que estaba esa noche allí de parto… Un equipo para mi sola… Y unos gritos que llegaban a la calle…

Empecé a pujar y pujar, cuando me decían que pujara mi cuerpo descansaba y cuando me decían que respirara mi cuerpo apretaba… ¡¡¡Ahí no había sincronización alguna!!!

¡¡De repente vi aparecer un bisturí entre mis piernas!! Y grité: NO ME CORTES EHHHHH (y se oyó: no no te voy a hacer una episiotomía) Y respiré hondo para coger fuerzas de nuevo. Estaba escrito en mi plan de parto, CASI EN MAYÚSCULAS, que no quería ni de lejos una episiotomía. No se en realidad si me la iban a hacer o no. Parecía que sí y se echaron atrás. Pero por si acaso lo dejé bien claro.

 { Sabemos quiénes somos  y qué queremos. Y nos debemos hacer respetar. Lo triste es que a pesar de llevar mi plan de parto súper detallado tenía que estar al pié del cañón lidiando con ellos… así una no puede concentrarse, ni tirar adelante, ni dejarse llevar. }

En una de estas, ya no podía más… O salía o yo ya no tenía más fuerzas. Me sentaron un poco más, a ver si la gravedad hacía su trabajo. Y empezó a verse salir su cabecita y me ofrecieron ver a través de un espejo como salía (primero dije que no… pero después me lo repensé!!! Ves a saber si volveré a ser madre de nuevo…) y a tocarla… qué sensación… No digáis que nooooo…

¡¡¡Eso te da fuerzas para el último apretón!!!

Empecé a llorar, de alegría, de emoción… de todo… ¡Verla salir era lo más grande del mundo!

En una de estas, llorando ya… cuando ya pensaba que me partía en dos, empujé como nunca y salió Martina.

05:13h del martes 11 de septiembre de 2012

Lloré, lloré y lloré mucho.

De Amor, de felicidad, de satisfacción…

Mi pequeña estaba allí conmigo, tal cual salió hicimos piel con piel toooodo el rato. Decidimos no donar ni guardar el cordón umbilical, (es un poco egoísta, pero hay bebés que lo necesitan al nacer y preferimos que lo tuviera ella, era suyo) así que dejamos pasar un rato para que la sangre que había en el cordón se la quedara Martina y luego Pere cortó el cordón. Salió la placenta al cabo de un buen rato, al menos 25 min, y allí seguíamos… ¡¡¡Juntas y con papi al ladito!!! Me cosieron dos puntos dentro y dos fuera, sin episiotomía ni nada… (gracias a Dios que me hice el masaje perienal durante los últimos 2 meses, ya que la pelirrojas tenemos la piel muy poco elástica y tenía muchísimas probabilidades de sufrir un buen desgarro y luego una gran cremallera a modo de cosido) y allí seguíamos, calentitas, húmedas, seguíamos siendo dos personas en una.

LA FELICIDAD EXTREMA ME INVADIÓ

ESO ERA LO MÁS DE LO MÁS, DEL MUNDO MUNDIAL.

UN AMOR INCONDICIONAL, UN AMOR VERDADERO.

Nunca olvidaré su carita al nacer, su olor, su mirada y su saludo.

 

Mi pequeña pesó 3,285Kg de amor y midió 49,5 cm de felicidad absoluta.

Después de un rato nos pasaron a la sala de lactancia, allí me limpiaron y me cambié. Mientras, Pere vestía a nuestra renacuaja… Tuvo el honor de vestirla por primera vez. Siempre lo recordaré.

De nuevo conmigo nos subieron a nuestra habitación.

Martina había sido la niña más puntual del planeta. Ese día cumplía la semana 40.

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Aunque no fue el parto que yo deseaba (Parto Natural) y había idealizado, fue un gran parto.

{ Seguro que mejor que las 2 inducciones que me programaron una y dos semanas antes y que gracias a Dios me salvé de ambas}

Gracias a Blanca por ayudarme, por estar a mi lado y por traer al mundo a mi hija.

Gracias por intentar respetar mi plan de parto hasta el final.

Y gracias a todo el equipo del Hospital de Terrassa,

son un equipo muy muy muy humano, y eso se agradece en momentos tan importantes.

Y las comadronas son todas unas madrazas y muy muy profesionales.

(Menos la del comentario… jajaja… ahora me río… pero ese día… jajaja… ¡casi me la como!)

Pero sobretodo GRACIAS A MI MARIDO.

TE QUIERO CON LOCURA Y CADA DÍA MÁS. 

SIN TI NO ESTARÍA VIVIENDO NADA DE ÉSTO,

GRACIAS POR TU APOYO DIARIO Y EL AMOR QUE NOS DEMUESTRAS.

—————–

{ Nos vemos en el siguiente POST }

Paula

¿Cómo fueron vuestros partos?

¿Os pusisteis de parto o rompisteis aguas antes, oxitocina, epidural… ?

¿En casa, en el hospital…?

¡¡Es el día más importante de tu vida!!

¿Verdad?

 { ¿Te has perdido el POST anterior? }

MI MAMA ES FOTOGRAFA Y BLOGGER copia



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