Mudarse a las 30 semanas de embarazo

Mudarse a las 30 semanas de embarazo

 

A veces te das cuenta tarde de que un cambio de casa sería lo mejor para tu familia, pero aun así piensas que más vale tarde con una pequeña de dos años que más adelante con tu pequeña y el bebé que viene en camino…

Así que manos a la obra. Nada es imposible.

Empezamos a buscar casa estando yo de unas 20 semanas, y a los pocos días encontramos nuestro futuro hogar. La verdad es que se me hacía cuesta arriba, sabiendo que en pocas semanas la panza iba a ser ya bastante pesada. Finalmente dimos el paso estando ya sobre las 26 semanas… ¡¡¡Pero con muchísima ilusión!!!

Entre papeleos, preparación de la casa (pintar, adecentar…) y preparación del traslado nos plantamos a finales de la semana 29… Allí empezó lo duro…

Realmente no sabemos lo que llegamos a acumular en nuestras vidas hasta que uno no se muda de casa. Empezamos a hacer viajes con el coche, junto con ayuda de familiares, cargados de cajas y caja, y cajas, y cajas… ¡¡¡Y más cajas!!! Madre mía… Lo que cabe en una casa… Y eso solamente era el inicio, el día de la mudanza «GENERAL» estaba cerca ya. Un trasiego, un ir y venir… Pero cierto es que con ilusión todo es menos malo, menos pesado, menos negativo.

Así que finalmente llegó el día de la mudanza, parecía que nuestra casa estaba medio vacía ya… nuestros recuerdos se habían ido borrando esos días, y todo estaba tranquilo, sereno, vacío. Pero realmente cuando empezaron a sacar muebles, y cajas, y electrodomésticos, y cajas, y lámparas, y cajas, y cortinas, y cajas… No estaba tan vacía como parecía. Madre  mía suerte que habíamos hecho cajas y recogido prácticamente todo, porque lo que sale de una casa es increíble.

Me pasé el día arriba y abajo, con mi barriga dando con cualquier cosa que se me cruzara delante. Ya no tengo sentido del espacio que ocupo. De hecho, la cabeza de mi pequeña me llega a la barriga ya y diría que cada día le doy al menos un barrigazo sin querer… jeje ¡¡pobre!!

Luego hubo otro tema muy interesante…

Que «A LOS HOMBRES NO LES GUSTA QUE LAS MUJERES LES MANDEN» eso ya lo sabemos, ¡¡Pero que sea una mujer y embarazada, ya es el sumum para ellos!!

Pero claro está que me puse de sargenta en mi casa, yo soy interiorista y la he diseñado de arriba a abajo, y se perfectamente cómo va montado cada elemento. Así que me dediqué a ayudar en aquellas cosas que no sabían cómo iban, pero bueno, se lo tomaban todo medio mal… jajaja ¡¡¡HOMBRES!!!

Tuve que hacer parones, pues ya estoy con las contracciones de Braxton Hicks y cuando me canso son más seguidas… Les pedí que me dejaran la silla del despacho sin embalar y así podía ir parando. A ratos me dolía la barriga como si tuviera agujetas. Otra contracción… Finalmente acabamos la mudanza inicial y fuimos a montar la casa nueva.

 

UNA ODISEA.

 

Miramos de contratar el servicio de mudanzas que más confianza nos dio, que no por eso era el mas económico… Los operarios unos jetas. Nos querían dejar en la otra casa con el camión descargado pero sin montar nada. Que volverían el lunes…

¿El lunes? Y que hago yo todo un fin de semana con todo de por medio y  sin cama, ni sofá, ni mesa, ni sillas… Bueno allí me cuadré. ¿Qué se habían pensado?

Finalmente no lo montaron todo pero sí lo esencial. Así que el lunes lo acabaron. Yo muertecilla no, lo siguiente. Pero el fin de semana fue muy duro también. Ir desembalando cajar, y cajas, y cajas… Dios ¿Cómo habíamos acumulado tanto? Y lo peor es que todo nos parece «imprescindible»… Vivimos en una sociedad realmente materialista. Es así.

El martes la casa aun era un palacio de CAJAS Y CAJAS. Pero poco a poco fuimos desembalando todo. Ayer miércoles por fin apareció la caja de mi iMAC y pudimos montarlo de nuevo en mi nuevo despachito. Y aquí estoy. Rodeada de cosas por hacer, pero con la necesidad de escribir y contaros cosas.

Hoy ha sido una de mis noches de insomnio, así que aquí estoy desde hace horas trabajando. ¡Y como guinda este post para hoy!

Estoy muuuuuuy cansada, estos meses que vienen de baja y nueva maternidad estaré con Martina en casa, así que descansar no descasaré mucho, pero tengo tantas ganas de pasar estas últimas semanas con ella que me puede el cansancio 🙂

Desde que la dejé en la guardería (de mañanas) con un añito pelao que no le dedico un tiempo bonito a mi princesa. Así que el esfuerzo y cansancio de la mudanza ha merecido la pena. Ahora toca empezar a descansar y disfrutar de mi pequeña.

 

Un besito enorme.

Paula



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.