Parir en casa

Parir en casa

 

Hoy en día parir en casa es una opción más que tenemos las mujeres.

 

Hacer llegar a  nuestros pequeños a este mundo en nuestro hogar no tiene precio si vas bien acompañada todo el camino, tanto durante el embarazo como parto y postparto.

Hace dos años y poco tuve a mi primera hija, Martina. Con la cual creo que llegué demasiado tarde para tomar la decisión de poder tenerla en casa. A parte de los prejuicios familiares que te rodean, tu inseguridad como primeriza… el NO encontrar quién pudiera acompañarme en ese camino fue definitivo para finalmente tenerla en el hospital.

{Aquí tenéis el parto de Martina}

Esta vez me siento segura, tranquila, ya soy mamá y ya he parido vaginalmente una vez, se lo que es y a lo que me enfrentaré. Aunque cada parto y cada bebé es distinto, tengo plena confianza en mi. Es más, esta vez mi mente no concibe otra manera de traer al mundo a mi segundo retoño si no es teniéndolo en casa, junto a su padre, su hermanita, y un par de comadronas.

Algo íntimo, sin esperas, sin que te corten el parto preguntándote historias varias, sin que te presionen para meterte la oxitocina en vena cada dos por tres, sin revisiones ni tactos, sin que te miren mal porque llegas con tu plan de parto bajo el brazo (pero por favor… ¡¡¡estando ya en el 2015!!! si es que hasta les hacemos un favor llevándolo, así si todo va bien saben de antemano lo que desea la madre sin molestarla… ) Sin escuchar comentarios detrás de la puerta… Sin tener a mi marido mal sentado en una silla horas y horas… Y sin tener a mi hija lejos de mi, sobretodo. Quiero vivirlo todo con ellos. A solas.

ESO ES LO QUE DESEO

 

Deseo poder tener esta experiencia tan salvaje, sentirme a mi misma parir sin prisas, entrar en una nueva dimensión, oírme gritar y partirme en dos, traer al mundo a mi pequeño/a en silencio, sentirlo salir y llorar juntos, amarnos en la oscuridad de nuestra cueva, acompañados de Martina y papi.

Quiero que sea un acto de amor, el más grande de mi vida. Y que nadie me lo robe.

Estoy ya en mi semana 28, a penas entrando en las 12 últimas semanas de mi segundo embarazo. Me siento segura y poderosa. Dueña de mi y de mi cuerpo. Esta vez no valen historias varias, inseguridades y desinformación (aunque lo aprendí todo en mi primer embarazo, pero igual demasiado tarde…).

Estoy tranquila aunque me está pasando volando. Ya la semana pasada empecé el curso de preparto con las comadronas y junto a otras familias que desean lo mismo que nosotros. Esta vez no vale el curso que te ofrece el CAP, ya que está muy bien pero luego no se cumple nada de lo que te cuentan. Esta vez se trata de algo muy profundo, un deseo muy grande, una convicción. Un grupo que te ayuda de verdad. Unas asesoras de primera.

Esta vez lo conseguiré.

Paula



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.