Parto en casa por sorpresa

Parto en casa por sorpresa
Hoy os traigo la historia del tercer parto de Ángela, que como veréis fue un tanto rápido y milagroso.

Hace un año y poco que nos enterábamos que íbamos a convertirnos en familia numerosa, un regalo adelantado de Navidad. ¡No podía ser mejor! La verdad que siempre quisimos tener una familia numerosa, y aunque nos pilló un poco por sorpresa, no podía ser mejor noticia. Pero bueno, no fue la única sorpresa que nos esperaba con la tercera…

Pues sí, teniendo ya dos peques, piensas, bueno, ya estoy curada de espanto con el tema parto y embarazo… Pero no podía estar más equivocadas, ¡mi tercera quería hacerse notar y bien!

El embarazo fue bastante normal, agotador eso sí, porque tener dos peques más de menos de 5 años es cansado ya de por sí, así que si le añades un barrigón y muuucho trabajo, pues eso, ¡que no te queda tiempo ni para pensar! Pero lo importante es que todo iba bien (algún día os contaré mi primer embarazo, y las sorpresas que tuvimos…) Poco a poco se acercaba la fecha de parto, y veía que no tenía mucho preparado (al ser en agosto tenía que dejar lista la colección de invierno de MANE KIDS , etc), pero bueno, ¡seguro que había tiempo para todo! ¡Qué equivocada estaba!

En fin, llegó el 18 de agosto, estaba de 39+2 semanas, y sería el día que me enamoraría por tercera vez a primera vista. Hasta el día anterior hubiera dicho que todavía me quedaba para dar a luz… Había tenido un pequeño susto 5 días atrás, pensé que había roto aguas, pero de nuevo me había equivocado (y eso que con mi primer parto había roto aguas, jajaja, ¡madre mía parecía primeriza!), pero tenía cero síntomas.

 

Mis dos partos anteriores fueron normales en hospital, y en concreto el segundo había tratado que fuera lo más respetado posible (no me pusieron epidural, ni tuve puntos, ni pinchazos…), y esa era la idea que tenía para este parto… De nuevo equivocada de pleno, natural fue… ¡pero no como quería! A las 6:00 am empecé con molestias, y ya le dije al papi que no iba a ir a trabajar… (¡¡en algo acerté por lo menos!!!), al ver que tenía contracciones constantes cada 10 min, y ante mi pánico a no llegar al hospital, llamé a la matrona y me dijo que nos veíamos en el hospital, pero que fuera con calma. Así fue, allí que me planté a las 7:00 am y me tocó el ginecólogo más borde que había visto… Atendió a todo el mundo que había en la sala de espera antes que a mí, y cuando lo hizo me realizó un “tacto” con muy poco “tacto”; esto ralentizó las contracciones y me acabaron enviado a casa, pero con el consejo de que “no anduviera mucho, no fuera a salir en las noticias por tener un bebé en la calle” (mira, en eso sí que acertaron, jajaja)

*Aquí estoy yendo al hospital. ¡Últimas horas de mi barriga!

Ya en casa me acosté un poco, y traté de dormir, pero como a las 12:30 empecé otra vez con contracciones muy constantes y cada vez más fuertes. Aunque tenía bastantes molestias, aguanté un poco mientras colgaba algunas fotos en IG y respondía algunos emails… De hecho a las 2:00 pm fui a mi médico de cabecera a recoger la baja médica; jajaja, creo que fue el único que se dio cuenta que estaba de parto, porque me dijo “Pero que haces aquí alma de cántaro!”. Pero bueno, me fui para casa y me metí en la habitación a seguir aguantando un poquito (porque según el ginecólogo de esa mañana me quedaba, ya que ni estaba dilatada…), mientras mis peques y mis padres que estaban en casa para echarme una mano, estaban por ahí.

A eso de las 4:00 pm ya no podía más, y llamé a la matrona, pero me dijo que esperara un poco, para no hacer otro viaje en balde (¡¡¡porqué le haría caso!!!). Una hora después ya los dolores eran insoportables, y tenía contracciones cada 2-3 minutos. Llamé de nuevo a la matrona y me dijo que fuera inmediatamente para el hospital… ¡Pero ya no llegué!

Como no podía casi ni moverme, el papi se fue a recoger el coche, mientras yo trataba de llegar a la puerta de casa (en ese momento creo que me di cuenta de lo laaaaargo que es el pasillo, jajaja). Entre mi habitación y el recibidor me dio una mega contracción (ya no podía casi andar), y en el recibidor me dio la super contracción que lo desencadenó todo.

Me apoyé en la pared, y tras la super contracción rompí aguas, delante de los dos peques, mi madre y la persona que nos echa una mano en casa. Me puse muy nerviosa y solo quería que me dieran una toalla, ir al coche y llegar al hospital, pero no pudo ser… Nada más romper aguas noté la cabeza y sabía que mi mini bollito ¡¡iba a nacer allí, en ese mismo momento!!! Grité, “¡Qué viene!”, y la cara de mis hijos y mis padres eran un auténtico poema la verdad, de hecho, mi mediano me cogía la pierna y me daba besos mientras decía “mami, pupa” (mira que es amoroso el tío). Alguien le consiguió apartar, porque yo me tenía que tirar al suelo, ¡solo tenía ganas de empujar!

Mi padre se levantó de la siesta, y creo que pensó que seguía soñando al ver la situación, jajaja, en menuda estaba, el que no quería ver un parto ni en la televisión. Me sujetó la espalda, mientras mi madre trataba de ver qué pasaba allí y ponía unas toallas en el suelo (¡mi mayor se fue al baño para no oírme gritar… pobrecita mía!). La verdad es que menos mal que estaban mis padres, porque sino…

De repente vino otra contracción y salió la cabeza, yo la pude tocar, y mi madre la sujetaba. ¡Ahí ya todos estábamos que no sabíamos que hacer! Yo solo pedía mi móvil para poder llamar a la matrona, al 112 o a quien fuera. Me entraron muchísimos miedos, ¿y si venía con una vuelta en la cabeza? ¿y si no estaba bien colocada? ¿y sí…? Pero bueno, todo duró 2 minutos más, porque me dio otra nueva contracción y ahí ya salió todo el cuerpo, ¡mi mini bollito había nacido sana y salva! Y la verdad que me tranquilizó mucho. Mi madre me la puso encima enseguida, y no lloraba, pero estaba tranquila y respiraba con normalidad; se enganchó al pecho, y por fin apareció mi móvil y pudimos llamar a la matrona y al 112 para que viniera una ambulancia.

Todos respirábamos aliviados, y no parábamos de llorar de la emoción (bueno, mis hijos estaban alucinando un poco, y miraban la escena con una cara de sorpresa…). Pero faltaba alguien… ¿Y el papi? Pues seguía esperándome en el coche, con el aire puesto, y llamándome a ver que pasaba… Por fin le llamaron al móvil y vino a casa, pensó que le estaban gastando una broma cuando le dijeron que había dado a luz… Así que cuando abrió la puerta y vio el percal, con cara de susto solo pudo decir “Ale, pues ya está todo hecho” jajaja. Al rato llegó la ambulancia, cortó el cordón y me llevaron al hospital dónde me quitaron la placenta. Ahí me dio un bajón tremendo y fui consciente de lo que realmente había pasado… Pero bueno, eso es otra historia, y lo importante es que todo fue bien, que mi mini bollito está sana y salva, y que todos tendremos un recuerdo muy bonito que no podremos olvidar jamás…

Ahhhh, y ahora ya no deseo a nadie una horita muy corta, jajaja ¡Muchas gracias a todos los que hicisteis que ese momento no fuera un desastre! Y orgullosa del buen trato de la gente del 112, muchísimas gracias por tener tanta sensibilidad y tratarnos con tanto cariño y respeto.



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