Y Carlota nació entre los suyos, en casa… 

Y Carlota nació entre los suyos, en casa… 

Los últimos días de mi segundo embarazo se hicieron eternos…

Estaba ya en la semana 41+4, hacía un par de días que no quería ni salir a buscar a mi hija a la guardería, pues cada día te preguntan que si aun no ha salido el bebé (¿Es que acaso no se nota?)… Y todo el mundo estaba dispuesto a darte consejos… que hagas esto o aquello… Que si sexo, infusiones de canela, caminar, bajar escaleras… En fin…

23 de abril de 2015

A media mañana llegó mi madre a casa y me desmoroné, empecé a llorar, estaba saturada ya de tanto embarazo y otros temas… Las hormonas hicieron que lo sacara todo y luego me relajara. A medio día le di de comer a Martina e intenté que se durmiera entre contracciones leves. Media hora después, serían las 14h, llegó mi marido y ya le pedí que se llevara a nuestra princesa en coche para ver si así se dormía, que yo ya no podía y creía que estaba de parto, iba a llamar en breve a las comadronas de Néixer a Casa.

Después de varios whatsapp’s con ellas, se pusieron en marcha, ya venían a casa. Las contracciones fueron cada vez a más, ya cada 3 minutos, 2 minutos… ¿ Y si no llegan? Bueno, empecé a bajar persianas, mi marido a encender velitas y a poner música relajante.

Llegaron las comadronas sobre las 14:40h… Justo antes entraba mi marido con Martina dormida en brazos… Ellas empezaron a preparar todo, a tapar el sofá y alfombras, trajeron la silla-taburete de partos, prepararon infusiones para el posparto… Luego comimos juntos, unos más y otros menos…

Empecé con contracciones más espaciadas pero más subidas de tono, como mejor las pasaba era de pié, rotando las caderas y los brazos hacia arriba, no se… me salía solo. ¡Entre una y otra iba comiendo fuet, y bebía zumo…! Qué gusto poder estar en casa en estos momentos y compartirlos con tu marido y las comadronas, todo queda en casa, entre risas y contracciones…

Entre una y otra miraba el móvil, ya que Gemma Sivill, la fotógrafa que fotografió a Martina a los pocos días de nacer estaba de camino e ¡¡¡iba a fotografiar el parto de mi segundo bebé!!! También el equipo de Tve (Televisión Española) estaba de camino, pues se pusieron en contacto con las comadronas y entre las parturientas del mes de abril decidieron (si yo estaba conforme) que me grabaran a mi, por haber ya tenido un primer parto vaginal.

Yo estaba súper tranquila en casa con mis contracciones  ya más intensas cuando llegaron primero unos, Alicia y el cámara, y después Gemma… Casi ni me di cuenta, ya que empezaba a estar dentro de mi mundo, absorbida por el parto, entre gritos (o cantos como lo llaman) y contracciones. De golpe me colgué literalmente de la barandilla de la escalera, fue instintivamente, pues de esa manera relajaba las piernas y hacía fuerza con los brazos, y relajaba las caderas dando paso a que el bebé bajara por su propio peso, poco a poco… Probé la pelota… ¡Y pegué un salto! Definitivamente no iba a servirme… Volví a la escalera….

Después de una de las contracciones, miré a las comadrones y les pregunté si iban a montar la piscina… ¿Y si creían que me faltaban horas aun? Entonces se levantaron de golpe y empezaron a montar la piscina de partos, pues no recordaban que la había pedido… 🙂 Sí, claro que sí ya la montamos, me dijeron, pensábamos que querías un parto seco, ¡¡¡igual ya ni llegamos!!!

Entonces en unos 20 minutos la tuvieron lista y entre dos contracciones pude meterme dentro. Me puse de rodillas agarrada a un extremo de la piscina, pues la naturaleza me lo pedía así. Y mi marido se sentó delante mío en un taburete. Amo ese instante en el que me abrazó. Él estaba conmigo en todos los sentidos. Me sentí arropada, segura de mi misma, juntos habíamos empezado este camino y juntos íbamos a terminarlo.

De los periodistas y de la fotógrafa ni me acuerdo, no los vi en todo el parto. Estaban allí, pero tan respetuosos y silenciosos que no sabía ni dónde estaban.

Las contracciones fueron subiendo más y más, se acercaba el momento sin yo saberlo, empecé a gritar más fuerte, y al pasar una de ellas vi a Alicia que me preguntaba «¿Qué sientes en estos momentos?» Y al querer contestarla, grité «¡¡¡¡que viene otraaaaaaaaa!!!!» Y volví a desaparecer entre mi mundo de parturienta, respirando tranquilamente entre contracciones, pues al menos sabía cuando iban a llegar y sobretodo, sabía que iban a terminar y podría respirar de nuevo… Tranquila, entre los brazos de mi marido.

{ Mi gran miedo era tener que pasar por una inducción como en el parto de Martina, pues fueron tan fuertes y tan seguidas las contracciones que ni un segundo de respirar tenía. Me subí por las paredes literalmente y grité como una leona, FUE EL MAYOR DOLOR QUE HE SUFRIDO NUNCA… Aquí tenéis el parto de Martina }

Un par de contracciones más y oí a María (una de las comadronas) que me decía en voz suave y bajito, cerca de mi oído derecho… » Lo estás haciendo muy bien, ya queda poco, ahora es la fase de la tortuguita, va a estar unos minutos encajada aquí abajo, como queriendo salir pero no saldrá, no te preocupes, cuando llegue la próxima contracción puja.»

 

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¡¡¡ Qué fuerteeeeee, ya estaba a punto de salir mi bebé!!! Cuando de repende noté como algo se giraba dentro mío, y grité «¡¡¡no lo giréis!!!» Y en seguida me dijeron que ellas no estaban haciendo nada, que era la fase en que el bebé se rotaba solo para poder salir definitivamente… Bualaaaaaaaaaaa… ¡¡¡¡Es verdad!!!! Ya ni me acordaba… Y gritéeee ¡¡¡QUÉ FUEEEEEERTEEEEEEEE!!!! Una y otra vez, una y otra vez entre las siguientes contracciones…

Finalmente después de una de las contracciones más INTENSAS noté el aro de fuego. SÍ SEÑORAS, ¡¡¡EL ARO DE FUEGO!!! Ya pensando en que lío me había metido… Que ya no podía más, que ahora era ya insoportable… ¡Que se acabara yaaaaaaa! ¡QUE ME PARTÍA LITERALMENTE EN DOS!

… Vino una súper contraccióooooooooooOOOOOOOOONNNNN!!!!!

23 DE ABRIL 16:56h

¡¡¡Y salió mi bebéeeee!!!

Me giré, pues estaba de rodillas inclinada hacia delante. Me giré y me senté en la piscina mientras Laia (la otra comadrona) me pasaba el bebé entre las piernas (siempre debajo del agua) y me lo ponía en el pecho a la vez que lo tapaba con una toalla.

Y empecé a llorar… Mi bebé había nacido, estaba aquí con nosotros, mi marido me abrazaba por detrás… Estábamos viviendo el nacimiento de nuestro segundo bebé, en casa, tranquilamente, sin prisas… Y entre lloros no podía parar de decir, qué fuerte, qué fuerte…

Y me preguntaron… ¿Y qué es?, Y yo ¿Cómo?, El bebéeee ¿Es niño o niña? Y lloraba mientras decía, no lo se, NO LO SEEEEE… Y es que en ese momento no te importa qué sexo tieneeeee, una parte de tí ha nacido, ¡¡¡un bebé precioso que vamos a querer y cuidar lo mejor que podamos el resto de nuestras vidas!!!

Y entonces levanté la toalla, y entre el cordón umbilical, la toalla, mis piernas, el agua, mis manos temblorosas… ¡¡¡¡VI QUE ERA UNA NIÑA!!!!

¡¡¡UNA NIÑAAAAAAAAAAA!!!

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¡¡¡UNA NIÑA PRECIOSAAAAAAA, RUBIAAAA, DORADAAAAA, CON UNOS LABIOS BIEN DIBUJADOS Y UNA MIRADA INTENSAAAA!!! ¡¡¡CARIIIIIII ÉS UNA NENAAAA, ÉS UNA CARLOTAAAAAAA!!!! Le grité entre sollozos a mi marido…

GUAUUUU… Es el momento más emocionante que he vivido nuncaaaaa… Y finalmente pensé… SÍ, HAS SIDO CAPAZ DE PARIR A TU HIJA EN CASA. Esa espinita que te quedó con Martina, esa inducción que no querías, ese parto presenciado por tantos profesionales, esos momentos de luchar por tu parto en contra de las enfermeras y médicos, para que fuera lo más natural posible… esa epidural… todo. Se ha curado de golpe.

Hicimos piel con piel al instante. Dejamos que el cordón dejara de latir y luego lo pinzaron… Unos minutos después me ayudaron a salir del agua para sentarme en el sofá con Carlota sobre mi pecho… Y de repente…

BAJÓ MARTINA POR LA ESCALERA, ¡JUSTO SE LEVANTÓ DE LA SIESTA QUE YA HABÍA NACIDO CARLOTA! Eso es el destino, tenía que ser así, de alguna manera estaba escrito. Y sonrió diciendo… ¡Ohhhh… La bebè Carlota! Y yo con la oxitocina rebosando por todos mis poros estaba súper emocionadaaaaa… Martina llevaba varios meses convencida de que iba a ser una niña y unas 3 semanas que sabía que su hermana iba a llamarse Carlota. Lo eligió ella. Yo realmente pensaba que era un niño e iba a llamarse Nil, ¡Aunque otra niña era lo que más deseaba!

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Me incorporé del sofá, ya me dolía la espalda y me senté en la silla de partos, esa que es como una U, y de golpe y porrazo llegó una gran contracción y alumbré la placenta. ¡Dios mío me pareció que era grande como un bebé! Pero que vaaa… en un momento estaba fuera. Fue un poco desagradable, la verdad. 🙂

Después de un rato, pesaron a Carlota. ¡Mi bebé hizo 4,250gr! Y seguidamente me cosieron dos puntitos de nada… Con el bebote que había conseguido sacar y sólo dos. Me pareció súper estupendo, mejor imposible, la verdad. (Eso sí, con anestesia local. Que parecerá mentira pero con la fobia que tengo a  las agujas, me puse a llorar y todo… jeje Y hasta me dolió el pinchazo… jaja después de haber tenido un parto en casa, ¿Quién lo iba a decir?)

Poco a  poco todo se fue calmando, los periodistas se fueron, Alicia se fue súper emocionada. Y yo la recuerdo con mucho cariño. Después se despidió Gemma, con lo ojos húmedos y mirada agradecida… Yo seguía en mi mundo de AMOR… Mi madre estuvo en casa toda la tarde, pese que en un inicio no quería. Yo no lo supe hasta que nació mi bebé, pues estuvo silenciosa en el piso de arriba, rezando todo lo que sabía y atenta de que Martina no se despertara y se encontrara sola. Al final resultará que mi madre es mi ángel de la guarda. De madre solo hay una. Y ella finalmente estuvo conmigo. La quiero muchísimo y lo recordaré siempre.

Poco a poco nos quedamos los de casa, los cuatro y mi madre. Ya había pasado. Estábamos estupendamente y en casa. Un día de Sant Jordi inolvidable.

Estaré eternamente agradecida a mi marido, por quererme y apoyarme desde el primer minuto. Por entender mi necesidad de querer parir en casa, como siempre se había hecho pero con dos comadronas súper competentes, y sobretodo muy cariñosas que me acompañaron durante todo el embarazo, parto y posparto.

A día de hoy, un mes y medio más tarde, recibí su última visita la semana pasada. Su seguimiento me ha parecido excepcional, tanto mi seguimiento de la cuarentena, como el de la lactancia materna, el control del bebé…

¡Pero todo esto merecerá otro post!

Paula

PD: Feliz de poder compartirlo con todos vosotros… ésta es mi manera de entender la vida. Se que muchos lo entenderéis igual y otros totalmente contraria a la vuestra. Así somos todos. Diferentes desde que nacimos.



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