Cuando la vida te sorprende, El parto natural de Leo

Cuando la vida te sorprende, El parto natural de Leo

Carlos y Sílvia vinieron a verme el pasado mes de julio, pues Leo estaba por nacer en agosto… Estaban radiantes de ilusión, un poco nerviosos, mil dudas rondaban por sus cabezas, se miraban con ternura y abrazaban juntos esa panza tan hermosa que ya llegaba a su fin…

Sílvia me preguntó por mis partos, el segundo, el de Carlota fue en casa, y se sonreía mientras le señalaba dónde exactamente había nacido… Supongo que pensando ya en su parto, que iba a ser en la Maternitat de Barcelona…

Bien pues semanas después lo vivió en sus carnes, un parto natural y en el agua… ¡¡Ella misma os lo explica!!

 

 

 

«Resulta bastante difícil narrar el día más importante de tu vida, pero cuando todo son sentimientos buenos, sensaciones increíbles y un camino lleno de grandes vivencias vale la pena dejar constancia de ello.

MI PARTO NATURAL

Parece mentira lo que unas clases pre-parto pueden llegar a cambiarte la vida, estamos tan desinformadas respecto al embarazo y al parto que nos hacemos ideas preconcebidas y falsos mitos que no forman parte de la realidad de hoy en día.

Pues yo debo agradecer a Idoya Bonet (mi comadrona y mi amiga) que me diera tantísima información, que nos preparara a todas para este gran paso, sólo por eso ya me animé a cambiar de idea y proyectar en mi cuerpo un parto natural. Fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

A las 11 de la mañana del 22 de Agosto de 2015, después de llevar días sin el tapón mucoso y quejándome de lo mal que llevaba las últimas semanas…  Noté un líquido caliente que caía entre mis piernas… Había roto aguas.

En ese momento sientes que te invaden mil sensaciones… Y te das cuenta que el parto ha comenzado, no hay marcha atrás. El momento ha llegado, nueve meses esperando ese milagro.

Carlos, mi marido, supo mantener la calma durante todo el proceso, llevar la situación  y estar a la altura de las circunstancias calmando mi nerviosismo con mucha seguridad y templanza. Un 10 por el papá, que estuvo muy atento en todas las clases de Idoya.

Las aguas seguían cayendo  y como eran claras seguimos con lo previsto durante todo el día… Nada de ir al hospital hasta que las contracciones no fueran seguidas, regulares cada 3 minutos durante 2 horas.

Pero pasaban las horas y ese momento no llegaba, transcurría el día y yo no sentía nada, absolutamente nada, ni una sola contracción. Nos dio tiempo a comer, merendar y hasta echarnos un rato… Había que coger fuerzas para lo que iba a suceder en unas horas.

Mi preocupación iba en aumento, seguía cayendo líquido amniótico y ni rastro de las famosas contracciones. Hasta que decidí llamar a la Maternidad sobre las 20h de la tarde, y las ginecólogas de urgencias me recomendaron pasarme por allí, para mirarme y ya quedarme ingresada en el Hospital.

Les hicimos caso, empezamos a recoger cosas… ¡¡Madre mía todo lo que es necesario para un parto!! Que si la canastilla, que si la maleta de mamá, el MaxiCosi para traer el bebé a casa, la mini maleta de papi y… ¡que no falten bebidas y comida que el parto se puede alargar más de lo previsto!

¡Y empezaron las contracciones más leves antes de salir de casa! ¡¡Justo a tiempo!!

Llegamos al Hospital sobre las 22h y empezó la exploración,…  Correas, vía, antibiótico porque era positivo en streptococo galactiae, y el famoso tacto. No me lo podía creer, ya estaba  dilatada de 6 cm, esto parecía ir rápido.

Con la consecuente llamada de atención de las ginecólogas, que quizá debía haber aparecido antes por allí, me llevaron con rapidez a la sala de partos… Y cuál es mi sorpresa: que está disponible la nueva sala de la bañera para hacer mi parto natural!!!!! Eso me dio mucha fuerza para empezar con ganas y energía positiva.

No se si habéis visto esa sala, pero es una algo precioso, confortable, intimo, … Para hacer un parto respetado, un parto que se asemeja muy mucho a tu primera cita.

Sólo llegar nos atendió Ana, una chica dulce y amable del sur que nos lo puso todo muy muy fácil, cada cosa que yo pedía allí estaba ella para facilitármela.

Me senté en la pelota medicinal unos  15 minutos, mientras ella me llenaba la bañera… Y aunque las contracciones eran un poco más fuertes yo las sentía perfectamente soportables.

Al meterme en la bañera y con el agua caliente todo mejoró aún más, la dilatación iba a marchas forzadas y las contracciones se pasaban mucho mejor en un medio acuoso en el que te puedes mover y cambiar tus posiciones a tu gusto. Y allí estaba Ana, ayudándome en todo momento, dándome fuerzas cada vez que mi cuerpo sentía una contracción y retirándose sigilosamente cuando notaba que necesitábamos intimidad.

En una media hora sentí que estaba lista, tenía muchas ganas de empujar, de sacar a mi bebé y verle esa carita tan preciosa. Al avisar a Ana no se lo podía creer, y prefirió hacer un tacto dentro del agua para decirme como marchaba el proceso. Ya estaba de 10 cm, en media hora escasa. Mi cuerpo estaba totalmente dispuesto.

Me preguntaron si quería tenerlo dentro del agua o en la camilla, yo escogí la camilla para poder empujar con todas mis fuerzas. Salí por mi propio pie de la bañera, y me coloqué en la posición que yo encontraba más cómoda para poder dar a luz.

Allí empezó mi momento, la fase de expulsión, en la que tenía mil sentimientos encontrados, mil sensaciones e imágenes que pasaban por mi cabeza, instantes de mi embarazo, personas importantes para mi… Y no paraba de empujar con todas mis fuerzas en cada contracción, haciendo caso de las 3 comadronas expertas que estaban a mi lado, dándome consejos y enseñándome como debía hacerlo… con suaves y dóciles palabras que ayudaban a que yo me sintiera cada vez más segura de mi misma.

Carlos a mi lado, no se perdía ni un instante de ese gran momento… me asistía con bebidas, me ponía las canciones de nuestro embarazo, me traspasaba su ímpetu  y su entereza, me iba hablando, susurrándome que todo marchaba fantásticamente bien, que tendríamos un bebe precioso y que estaba siendo muy fuerte y valiente, que estaba muy orgulloso de mi.

Es increíble tener a la persona más importante de tu vida al lado apoyándote con ese amor tan infinito.

Cuando note la cabeza que ya estaba fuera, cuando me dejaron tocarle el pelo, cuando me colocaron el espejo para verlo… Cada fase era un paso más, un instante menos para conocernos, para tenerlo entre mis brazos y darle mi calor.

Y después de una hora, a las 00.57 del día 23 de Agosto de 2015 mi sueño se hizo realidad, un precioso Leo de 3,650 kg y 52 cm estaba en el mundo, encima de mí y al lado de su papá…

Fue tan impactante, estaba en éxtasis, drogada de felicidad, no lo podía creer, mi hijo había salido sano y estaba entre mis brazos. Lloré de alegría y emoción. Sentí tanta satisfacción y amor en ese momento… es una situación tan única y apasionante, una experiencia que no se puede transferir a otro cuerpo y que solo se comprende cuando se vive. Fue todo increíblemente rápido, natural y poco invasivo… un proceso simplemente místico, salvaje, pero sobre todo hermoso…

Mientras contemplaba a mi hijo no pude fijarme en la placenta y tampoco sentí nada cuando salió de mí. La ginecóloga se la mostró a Carlos y le propuso cortar el cordón, de manera tardía tal y como habíamos pedido.

Sin embargo, yo pasé todo el tiempo que pude con mi bebé, abrazadita con él, tratando de entender lo que había pasado. Estaba en shock y no recuerdo muy bien lo que pasaba a mi alrededor, en ese momento solo éramos él y yo. Únicamente guardo el recuerdo de sus grandes ojos, sus deditos largos y su cabecita junto a mí…

Sólo puedo nombrar y agradecer  encarecidamente a mis comadronas Ana Gallego, Anna Garcia y Cristina la labor que hicieron en mi parto, una profesionalidad exquisita, y muchas ganas de trabajar y facilitar a sus pacientes un parto natural respetado y mágico. Consiguieron que mi momento fuera maravilloso, un gran recuerdo de por vida. También nombrar a Yolanda, la ginecóloga que intervino en urgencias y al final del parto… En el sitio adecuado y en el momento justo, haciendo su trabajo de manera impecable. Sois las 4 muy grandes, mil gracias por todo.

También hablar de la Maternidad, gran hospital para dar a luz. Infinitamente agradecida y orgullosa de tener una sanidad pública de alta calidad y grandes profesionales, que en los tiempos que vivimos sólo demuestran sus  ganas y su empeño, su tenacidad, empuje y dinamismo, y sobre todo  la necesidad de demostrar que valen y que quieren mejorar día a día.

Lo lamento mucho por otras mujeres que tienen experiencias horribles en el mismo lugar, pero escribo esto mismo para compartir mi experiencia y hacerles saber que pueden pedir lo que sea, estando en un lugar público, que vosotras, mujeres, sois las PROTAGONISTAS y dueñas de vuestro parto, que mientras más informadas estemos y bien acompañadas, más seguras, y más preparadas vamos a estar para recibir a nuestros hijos.

Y por último aconsejar a todo el mundo un parto natural, en el que nada interviene entre tu y tu hijo, sientes sus movimientos y puedes ayudarle a salir mejor. Es un parto consciente, en el que tú y sólo tú mandas.

Ya me lo decía una gran amiga… El Parto es la única cita a ciegas en la que puedes estar segura que conocerás al amor de tu vida.»

Sílvia.

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Cuando me llamó Sílvia para decirme que ya había nacido Leo empezó a explicarme como había ido todo, de lo alucinante que había sido, de lo feliz que estaba… Y que cuando estaba en la bañera empujando… ¡¡¡ESTUVO VISUALIZANDO MI PARTO!!!

Ya sólo por ella, por haber servido a una mamá ya estoy contenta y satisfecha de mi Blog. Se me pusieron los pelos de punta, la emoción recorrió cada centímetro de mi piel y hasta se me entrecortó la voz.

Cuando llegaron el día de la sesión Newborn me lo explicó con pelos y señales, entre sonrisas y mejillas húmedas… No hay nada más bonito en este mundo que el día en que conoces a tu hijos y ella sin pensarlo ni obsesionarse por ello, tuvo un parto natural. UN PRIMER PARTO NATURAL ESTUPENDO.

ENHORABUENA a los tres, pero sobretodo a ella, a Sílvia.

Paula



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